martes, 21 de abril de 2015

Lamentos en San Pedro de Macoris por la muerte del Piloto Hector Soriano Martinez

SAN PEDRO DE MACORÍS. "Mamá, papá, tengo que irme, me llamaron del trabajo, que tengo que pilotear mañana a llevar turistas a Samaná", fueron las últimas palabras del piloto Héctor Soriano Martínez, al despedirse la tarde del domingo de sus padres, y quien murió horas después junto a seis turistas, cuando la aeronave que piloteaba se accidentó la mañana de ayer en un campo de golf en Punta Cana.

Milagros Martínez y Pablo Soriano, padres del piloto, relataron "él como que se estaba despidiendo, porque el domingo al mediodía nos cocinó en su casa, y dijo que cuando regresara nos tenía una sorpresa".

"El era el guía de la casa, era hijo y padre, porque nos daba todos", dijo entre sollozos doña Milagros. Dejó dos hijos en orfandad.
"Nos cocinó pescado, moro de guandules, frito maduro y jugo", recuerda con voz entrecortada su padre Pablo Soriano, quien no ha parado de llorar desde que se enteró de la tragedia.

"Me compraba hasta el tinte para la cabeza, y siempre vivía jugueteando con sus padres, es muy cariñoso y atento", narró su madre.
El piloto residía junto a su esposa e hijos en la calle La Trinitaria del sector Villa Velásquez, San Pedro de Macorís, y es velado en casa de sus padres, en la calle 4ta del sector México. Procreó con Jésica Mercedes a sus hijos Héctor y a Jésica.

Tenía unos 13 años ejerciendo la profesión, habiendo estudiado en la escuela de aeronaves de Herrera.

Domingo Reyes Cambumba, piloto y amigo desde hacía más de 10 años de Héctor Soriano, dijo que con su muerte el país pierde a un ser excepcional, que siempre estuvo apegado a la ética de vuelo.

Dijo no encontrar razón del accidente, pero espera que las autoridades den una clara explicación de la tragedia que afecta los viajes turísticos en Bávaro.

"Era un tremendo piloto, llegué a volar con él; no sólo era un amigo, era un hermano, un consejero, su muerte me ha impactado", dijo.

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